En el corazón de Monterrey, tres hermanos con una misma pasión transformaron la cocina del norte en un lenguaje de identidad, memoria y emoción. Rodrigo, Daniel y Patricio Rivera Río han hecho de KOLI un referente de la gastronomía mexicana contemporánea, donde cada platillo se convierte en una historia contada a fuego lento.
En esta conversación exclusiva para ÖVRFLÖD, los hermanos Rivera Río comparten la chispa que los unió, los retos de trabajar en familia y la visión con la que han elevado la gastronomía del norte de México.
¿Cuál fue el origen que los llevó a crear KOLI?
Rodrigo Rivera Río: Después de diez años en la industria, decidí reunir a mis hermanos para abrir un restaurante fine dining de cocina norestense. Era mi último intento; si no funcionaba, me dedicaría a otra cosa. Pero funcionó.
Daniel Rivera Río: Rodrigo fue el pionero. Queríamos crear algo que honrara la cocina regia, la de los banquetes familiares, la que nos vio crecer.
Patricio Rivera Río: KOLI nació de esa unión fraterna. Planificamos durante dos años un menú de degustación, y desde el primer día cada uno encontró su voz dentro del restaurante.
¿Qué significa para ustedes hacer cocina mexicana contemporánea?
Rodrigo: Es reinterpretar lo tradicional sin perder su esencia. No existe nada moderno que no parta de lo tradicional.
Daniel: Es vivir la historia de México desde la cocina. Respetar sus raíces y al mismo tiempo permitirnos jugar con la forma, el color y la emoción.
Patricio: Es honrar lo que ya somos, pero con una mirada hacia el futuro. Cada ingrediente mexicano tiene una historia; nuestro trabajo es narrarla desde una nueva perspectiva.
“Nuestros siete mandamientos no son reglas de cocina; son una filosofía de vida.” — Daniel Rivera Río
¿Cómo definen la filosofía de KOLI?
Rodrigo: El respeto absoluto por la tradición. La memoria es nuestro motor creativo.
Daniel: Nuestra filosofía está regida por siete mandamientos, un decálogo que guía cómo trabajamos, creamos y vivimos.
Patricio: KOLI es una forma de ver el mundo: disciplina, sensibilidad y comunidad.
¿Qué papel juega la memoria familiar en su cocina?
Rodrigo: KOLI funciona como una familia. Cada miembro del equipo tiene un rol, como en cualquier hogar.
Daniel: Nuestros abuelos son la raíz emocional de este proyecto. Nos enseñaron que la cocina no solo alimenta: une.
Patricio: En cada platillo hay algo de nuestra historia, reinterpretado con respeto y emoción.
“El lujo gastronómico está en la autenticidad, no en la procedencia.” — Rodrigo Rivera Río
¿Cómo es su proceso creativo al diseñar un menú de degustación?
Rodrigo: Cada temporada nace de una historia. Escribo un prólogo y lo divido en trece capítulos: los trece tiempos del menú.
Daniel: Los postres son el cierre emocional de esa narrativa: la última palabra de una historia contada con fuego, cuchillos y memoria.
Patricio: En el vino está el eco del platillo. Buscamos prolongar la experiencia, no solo acompañarla.
¿Qué papel tiene la innovación en su propuesta?
Rodrigo: La investigación es el alma de la innovación. Hemos colaborado con arquitectos, diseñadores y científicos. Con el Tec de Monterrey creamos un betabel impreso en 3D con textura de carne. Nos tomó un año, pero lo logramos.
Daniel: En mi área, innovar es reinterpretar lo dulce desde la emoción. No busco sorprender por técnica, sino por recuerdo.
Patricio: Innovar es mantener viva la curiosidad sin perder el respeto por el producto.
¿Cómo quisieran que recuerden a KOLI dentro de 50 años?
Rodrigo: Como un restaurante que dejó un legado sobre cómo se entiende la gastronomía del norte.
Daniel: Como una filosofía de vida y trabajo basada en nuestros siete mandamientos.
Patricio: Como una inspiración para quienes buscan hacer las cosas distintas, desde la raíz.
KOLI no es solo un restaurante: es una declaración sobre la memoria, la identidad y la emoción. Los hermanos Rivera Río han demostrado que la verdadera vanguardia no está en romper con el pasado, sino en honrarlo con autenticidad.
“En KOLI, la memoria no se sirve en el plato: se revive en cada bocado.” — Daniel Rivera Río
Fotos: cortesía.
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