El capítulo más reciente de alta joyería de Chopard, la colección Insofu, representa una poderosa convergencia entre la belleza natural, la creatividad audaz y la innovación ética. Presentada por la copresidenta Caroline Scheufele, la colección nace de una esmeralda bruta zambiana de 6,225 quilates, acertadamente llamada Insofu, que significa “elefante” en bemba, debido a su tamaño colosal y su forma semejante a una trompa.


En lugar de seleccionar gemas ya talladas, Chopard emprendió un camino visionario al adquirir la piedra en bruto en 2022, colaborando con expertos talladores en Ginebra para liberar todo su potencial. El resultado: 850 quilates de esmeraldas luminosas transformadas en 15 deslumbrantes piezas, entre ellas collares imponentes, anillos, pendientes, una pulsera y un colgante en forma de elefante, símbolo de prosperidad y respeto por la naturaleza.


Cada creación fusiona el refinamiento del Art Déco con una elegancia orgánica, inspirándose en la exuberancia de El Gran Gatsby. La yuxtaposición de zafiros rosados, perlas, rubelitas y diamantes resalta la característica joie de vivre de la Maison.



La sostenibilidad ocupa un lugar central. Las esmeraldas cuentan con la prueba de paternidad por ADN de Gübelin, garantizando su trazabilidad total. Además, parte de los beneficios se destinan a Elephant Family, una organización benéfica que promueve la coexistencia entre comunidades y vida silvestre en Asia.
“Cada piedra encierra una historia”, señala Scheufele. “Con Insofu, honramos esa historia—a través de la belleza, la ética y el propósito”.
Con Insofu, Chopard vuelve a elevar la alta joyería a una forma de arte con sentido, donde el lujo se convierte en legado.

Fotos: cortesía.
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